No fué igual que la de Hernán Cortéz. Viernes en la noche, nos fuimos a acostar a las 3 de la mañana del sabado y me puse tapones de oido porque teníamos las ventanas abiertas para que entrara el aire pero había mucho ruido en la calle. De pronto la cama se empieza a mover, como de costumbre y sin despertar por completo le tomé la mano a mi marido, eso siempre me conforta cuando la tierra se mueve. Estamos acostumbrados a que el edificio se mueva un poco más después de que el temblor termina pero esta vez en lugar de amainar el movimiento se hiso mas fuerte, todavía sin despertar completamente sentí que escuchaba mucho ruido a lo lejos pero no entendía nada, recordé los tapones de oido y me los quité. Los ruidos se hicieron reales, eran vidrios, gritos, muebles que se movían, mis gatos corrían asustados y el mundo entero se movía...pero de verdad se movía como si el edificio fuera de goma! como esos juguetes de gusano que se hacen de un lado para otro. Justo cuando estaba a punto de comenzar a gritar como loca me di cuenta de que alguien ya me llevaba mucha ventaja en eso: mi sobrino y su novia se estaban quedando la noche en nuestra casa y ella estaba histérica, tratando de salir del departamento mientras todo se movía asi que el poco sentido común que tengo me recordó que una mujer histérica es suficiente y cerré la boca, me levanté de la cama y me paré con mi marido bajo el vano de la puerta pensando que la medida era completamente inútil cuando vives en el último piso (el número 26) de tu edificio donde el peligro no es que te caiga algo encima, sino que tu caigas encima de todo!
Tuve tiempo de pensar en muchas cosas mientras veía caer todo lo que estaba en altura en mi casa porque aunque el terremoto duró minuto y medio, a eso se sumó otro minuto y medio que el edificio siguió moviendose. Pensé que mis gatos se habían metido debajo de la cama y que deseaba yo también poder meterme ahi, pensé en mi familia y me alegré de haber hablado unas horas antes con mi mamá por teléfono, pensé que alguien tendría que darle un par de cachetadas a la novia de mi sobrino y hacerla callar, recordé cuando compramos el departamento, que lo único que escribimos en la columna de "contras" era la palabra TEMBLORES pero la ignoramos porque la lista de "pros" era infinitamente larga, me acordé de todas las veces que mi marido me dijo que el edificio estaba diseñado para moverse mucho pero que precisamente eso garantizaba que no se cayera, pensé que si de algo le servía el título en ingeniería, que fuera para no equivocarse en eso, pensé que al fin y al cabo, algo me pasaba, al menos me iba con feliz y al lado de la persona que amo.
Cuando al fin terminó, los vecinos salieron de a poco al pasillo, no había luz, no teníamos velas, lo primero que hicimos fue ponernos zapatos pues el piso era una alfombra de vidrios, prendimos las luces de los celulares, con los vecinos nos preguntabamos unos a otros "estás bien? tiene velas?" con los ojos abiertos de miedo y sorpresa. Todos comenzaron a bajar por las escaleras, el generador de emergencia no se encendió pero las luces de los pasillos y las escaleras son recargables asi que estarían funcionando durante dos horas. Yo quería primero saber de mis gatos, los tres debajo de la cama, agarré el telefono, las lineas locales funcionaban y llamé a mi hermana en México porque sabía que se iban a despertar con la noticia y no habría comunicaciones, la pobre se asustó ya con la hora en la que la llamaba pero cuando le dije que estabamos bien se tranquilizó y la verdad es que yo también en ese momento me di cuena de que ya no sentía pánico, luego me puse una sudadera y un pantalón arriba de la pijama y me estaba preparando para bajar los 26 pisos cuando vino una réplica, lo primero que pensé fue que no quería que me agarrara otra en las escaleras, estabamos casi listos para bajar cuando le dije a mi marido que en realidad no me parecía que iba a estar mas tranquila en la calle que adentro. Mi calle está llena de edificios por los dos lados y tiene un bandejón central con pasto en el medio entre los dos sentidos de la calle, la gente se estaba juntando ahi, no se, a lo mejor fue un acto irresponsable pero me parecía igual de peligroso estar ahi que estar en mi depa. Al fin encontramos una linterna chiquitita pero era mejor que nada, la oscuridad era lo mas dificil, faltaban pocas horas para amanecer, pero yo sabía que se iban a hacer largas, abrimos todas las cortinas y la luz de luna llena nos ayudó un poco. Nos sentamos en la cama a mirar por la ventana las luces de emergencia de algunos edificios y esperar la luz del sol pensando que con luz las cosas se ven mejor.
Empecé a sentirme mas tranquila poco a poco, miramos las paredes, buscamos grietas y no las encontramos, comenzamos a apartar un poco los vidrios del suelo, nos acostabamos, nos sentabamos, nos parabamos y tratabamos de estar tranquilos pero no lo estuvimos hasta que llegó la luz (ambas casi al mismo tiempo, la de la energía eléctrica y la del sol).
El resto del día fue lento, todo se fué normalizando poco a poco, con la energía eléctrica llegó la tele y con ella el conocimiento de lo que había pasado. Terremoto.
Fueron tres minutos de mi vida, luego unas 3 o cuatro horas de oscuridad pero puedo decir que fué la noche mas larga de mi vida. La de hoy, la de 24 horas después, es la noche mas triste de Chile.
Agradezco a Dios el regalo de vida que me ha hecho hoy y dedico esta entrada a todas las peronas que perdieron un ser querido.
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