De acuerdo a Sergio Gandara, miembro de la fundación Giro País, Chile es "un país clasista, arribista, donde el poder no sólo me lo auto-otorgo cuando yo soy Errázuriz sino que me lo otorgan otros".
Me quedé pegada el otro día con esto que leí en Internet. Supuestamente, le preguntaron a la gente a quien creen que atenderían mejor en un hospital, un banco, la oficina de impuestos o un guardia de seguridad: a una persona de apellido Errázuriz o una de apellido González. Es como comparar un Del Valle con un Pérez en México. Obvio arrasó el Errazuriz, nada nuevo, pero seguí pensando y buscando en Internet y me encontré con este fenómeno del arribismo chileno que refleja lo que dice allá arriba, no solo yo me creo “la última coca-cola en el desierto” por lo que tengo, compro, hablo y muestro como parte de mi “imagen”, sino que los demás me otorgan valor en base a todas esas cosas. Algo así noté que pasaba en Monterrey cuando viví allá pero no era taaaan notorio como lo es aquí.
Comenzamos con la definición de arribismo o arribista, según el diccionario de la RAE:
Arribista: persona que progresa en la vida por medios rápidos y sin escrúpulos.
Arribismo: comportamiento del arribista. (plop!)
El chileno puede no tener ni uno como dicen aquí, pero se esforzará por pagar los 300mil pesos que cuesta un boleto para el concierto de Madonna, no porque le guste ni porque se sabe todas sus canciones, sino porque es “top” que lo vean en el concierto, y mas top es –después del concierto- decirle a todos sus amigos que no fueron, de lo que se perdieron. Cito: “increíble, la tenía así de cerca, como de aquí a la puerta, me cantaba a mi la Madonna”
Acá cualquiera trae un celular de última generación (o al menos uno que parece serlo) aunque no tengan minutos para llamar ni a su madre y te “pinchen” para que tu los llames a ellos. Se usa mucho este truco, cito: “ah si, es que te llamé pero no sonó nunca, como que la llamada no conectaba, por eso yo creo que a ti te salió como llamada perdida pero que bueno que me llamaste tú…”
Se compran el súper carro, BMW, Audi deportivo o el súper Jeep o Land Rover para sacarlo una vez a la semana el sábado por la noche a mostrarlo porque, cito: “chupa como una esponja” y no alcanza para la gasolina. Pero según ellos andan en metro o en camión o hacen carpool al trabajo porque es mas “verde” y también es top cuidar el ambiente.
Cuando llegaron las teles de pantalla plana, todos se compraron una, luego llegaron las LCD y las cambiaron, luego llegaron las LED TV y las están cambiando mientras escribo, porque se viene el mundial de Sudáfrica y hay que invitar a los amigos a ver el partido de fútbol y Dios te guarde si tu tele no es de led, de 42 pulgadas, con todos los canales de cable, incluso los de paga y ni hablar del sonido, porque la tele sin el home theater no sirve de nada, así la tengas en un espacio de 2 x 2, si no la oyen hasta los vecinos de la siguiente cuadra, no eres top.
Ya en palabras mayores, están los matrimonios jóvenes y con hijos pequeños que están emigrando desde Las Condes o Vitacura (donde ya tenían un departamento de 180mts2), a los barrios “altos” (no solo porque son de pre-cordillera, sino por los altos costos que se ven allá). Matrimonios donde los dos trabajan, juntan sueldos y el banco les da los créditos porque les ha ido bien y “tienen buena proyección a futuro”, venden los dos autos y no salen un par de años a veranear para juntar el pie de la casa de sus sueños y la consiguen en “La Dehesa” o mas arriba, en “El Arrayán”. Se mudan, se vuelven a endeudar con los autos, porque todo está tan lejos que es imposible no tener auto para cada uno, pagan dividendos de 700 mil pesos cada mes, mas los gastos comunes del condominio, mas el mantenimiento de la casa, los jardines, la piscina…aguantan dos o tres años hasta que ya no dan mas (ya no tienen mas) y tienen que vender de urgencia y volver atrás pero sin que nadie se entere. Cito: “ay no, es que estábamos tan lejos, nos daba flojera hasta ir al cine, y la seguridad viviendo en casa es súper difícil, por eso nos regresamos acá, mas cerca de todo y viviendo en edificio es mas seguro”.
Y la lista sigue y suma…consumo de tecnología, autos, moda, joyería. Hay de todo y para todos, porque si mi amigo, vecino, compañero de trabajo/escuela, familiar, el de la tele y hasta el que va pasando por la acera de enfrente lo tiene, yo tengo que tenerlo igual o una versión mas actual o mas cara y demostrar que soy mejor. Y si es necesario que no coma en una semana y se vaya caminando al trabajo, para comprar el “toy watch” igualito al del presidente electo “Piñera”, pues lo hará, y si nada de esto funciona, siempre habrá uno que de lejecitos se vea igual.
En chile todos se dan sus lujos, lo cual no tiene nada de malo, ni de nuevo; lo que sucede es que en este país no lo hacen para disfrutarlos, sino para que otros los vean. De esta manera logran no solo “apantallar” a los demás, sino crearse una imagen de poder que facilitará conexiones, amistades y situaciones favorables para, como dice la definición: progresar en la vida, sin importar los medios. Eso señoras y señores, es Arribismo!
Y los valores? Bien gracias! O sea, sí hay familias que educan a sus hijos con valores, que les enseñan a no dejarse llevar por las apariencias, a buscarse el camino de forma honesta, con esfuerzo, con trabajo y siendo personas de verdad y no aparentando lo que no son, pero cada vez son las menos.
Y ojo, no estoy diciendo que tooooodos los chilenos sean arribistas, pero si tengo que admitir que la gran mayoría de la clase media lo es, o tiene algo de. Los ricos, de verdad ricos, andan metidos en otra cosa: el “abajismo” porque entre ellos es de mal gusto presumir, pero esto ya dará para otro post. Y los pobres andan preocupados por sobrevivir y no tienen tiempo ni energías para dedicarse a estos menesteres.
Suerte los Errazuriz, los González, a trabajar duro!
Suerte a los Guerreros entonces!!!
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