Chile, Chile Lindo! que conste que no es malinchismo!

Chile, Chile Lindo! que conste que no es malinchismo!
México lindo y querido, si muero lejos de ti

jueves, 17 de diciembre de 2009

Fisgona

Al principio caminaba por las calles imaginando que en cualquier momento me toparía con algun conocido mexicano…de lo cual había nulas posibilidades, pero era como mi forma de no sentirme extraña en un país extraño. No tenía amigos ni conocidos y caminaba por las calles para conocer la ciudad y para familiarizarme con mi nuevo país. En uno de mis recorridos fui a caer a la Chascona y tomé un tour que conducía una francesa en español, al final me quedé platicando con ella y cuando me preguntó porqué vivía acá y se lo dije, me contestó “todas llegamos aquí por amor”. Ahora entiendo que tiene razón, conozco varios extranjeros (y muchos mexicanos residentes en Chile) que llegaron por amor…algunos por amor de pareja, otros por amor a este país, a esta cultura, por amor a los viajes, a la naturaleza, a la aventura. Y es que Chile tiene de todo, uno puede ir a esquiar temprano en las alturas de la cordillera y bajar para ver el atardecer en la playa de Valparaíso, puedes viajar al Sur y maravillarte con la vegetación, los bosques, la nieve, los hielos eternos y luego tomar rumbo al norte y asolearte (eso si, con mucho factor 50) en una playa maravillosa con aguas cristalinas.
Pero estoy divangando, estaba contando lo de mis caminatas por la ciudad, cuando todavía faltaba poco mas de un año para que se inaugurara el transantiago, cuando el metro era todavía un placer para recorrer Santiago y no había apretujones ni ancianas empujadas por jóvenes para llegar primero que ellas al asiento mas cercano. Me subía en “Los militares” y me bajaba en cualquier estación, salía a la calle mapa en mano y caminaba mirando los edificios, las calles, la gente (siempre he sido muy metiche, muy metida, no recuerdo como dicen aquí). Si veía la ventana abierta de algún departamento me quedaba mirando hacia adentro, tratando de imaginar como sería la vida de la gente que vivía ahí, me interesaban mas los depas en los que lograba ver libros cerca de la ventana…un día me acerqué tanto tratando de leer los titulos de los libros, que no me di cuenta de que había una señora mirandome desde la ventana. Tuve que salir corriendo antes de que llamara a la policía.
A veces voy a lugares donde sé que hay mucha gente, como el centro comercial, el mall o un hospital, solo a observar a la gente, a imaginarme sus historias. Un día descubrí que en el mismo edificio donde vivía antes, había una pintora porque cuando pase por fuera de su ventana vi una chica pintando un cuadro…por dias caminé por ahí para ir viendo la evolución del cuadro y escribí un cuento. Todavía miro por las ventanas, no puedo evitarlo, me gusta “vitrinear” a la gente. Piensen en eso la próxima vez que dejen la ventana abierta y las cortinas corridas…puedo andar por ahí fisgoneando.

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